¿Cuáles son los retos en diseño de superficie?

Con más de medio siglo de andadura, los implantes dentales se han establecido con creces y efectividad como una terapia rehabilitadora de las funciones orales. Desde los inicios, la calidad de la superficie del implante dental se ha considerado uno de los factores críticos para el éxito clínico de los mismos; y el advenimiento de la superficie rugosa del implante dental, aún hoy, se ha de considerar un gran avance tecnológico en la implantología oral. Desde entonces, las novedades en el diseño de las superficies de los implantes han sido pocas.

Sin embargo, necesidades clínicas acuciantes, tales como prevenir y tratar las infecciones periimplantarias, optimizar y acelerar la integración de los tejidos blandos, o la necesidad de implementar terapias personalizadas con implantes, colocan la modificación de la superficie del implante a la cabeza de los retos tecnológicos para habilitar la implantología del segundo cuarto del siglo XXI. Ello deriva del concepto básico asociado al hecho de que todas las interacciones entre el medio biológico (fluidos corporales, saliva, factores de crecimiento, enzimas, proteínas, sangre, células, matriz extracelular, tejidos regenerados) y el implante se establecen sobre la superficie del mismo. En otras palabras, la respuesta del medio biológico a la presencia del implante depende en gran manera de la calidad y el control espacio-temporal de dichas interacciones, así como de la especificidad de la respuesta biológica a las propiedades de las superficies.

Así pues, el control y modificación guiada de la superficie del implante dental es en la actualidad el gran reto tecnológico en el diseño del implante. La investigación y los nuevos implantes abarcan retos tan diversos como la modificación selectiva de la topografía de la zona superficial de interés (implante híbrido), el empleo de agentes biológicos con actividad específica (recubrimientos biomoleculares), la implantación de elementos y estructuras antimicrobianas para la prevención selectiva de la colonización bacteriana, la activación física y modificación topográfica de la superficie con efectos biológicos multifuncionales, la utilización de péptidos para la estimulación de la regeneración de los tejidos blandos y/o de control inmunomodulatorio, y la incorporación de sensores teranósticos para la detección y tratamiento de las enfermedades periimplantarias.

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